“El Reino de Dios es como la levadura que una mujer toma y oculta en tres medidas de harina,                hasta que todo fermenta” (Lc 13,20-21)





























































En nuestro XXI Capítulo general, celebrado en el año 2010, considerando el momento que vivía la Congregación y para fortalecer la identidad carismática, la vida fraterna y la acción evangelizadora, se vio necesario iniciar un proceso de reestructuración en la misma, que nos llevara a dar respuestas proféticas a las nuevas situaciones y urgencias del mundo.

Comenzó entonces este Proceso de Reestructuración congregacional, orientado por el Gobierno general, contando con todas las hermanas. El estudio, las reflexiones, las sugerencias y el discernimiento constante, fueron realizados en todo momento con una comunicación permanente de ida y vuelta, y un trabajo en red para favorecer la participación de todas.

En el momento de la celebración del XXII Capítulo general en septiembre de 2016, nuestras presencias en Asia, África y Europa habían concluido el proceso de reestructuración geográfica; las de América lo harían con posterioridad al Capítulo. Sin embargo, no bastaba un cambio externo de estructuras, sino que había que seguir caminando, poniéndole “carne y espíritu”.

Es así como iniciamos en 2017, dentro del proceso de reestructuración, la etapa que llamamos de “crecimiento y transformación”, en la que todavía se encuentra la Congregación, previendo su finalización con la celebración del siguiente Capítulo general, previsto para el año 2022.