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Día mundial del refugiado 2021

El Día Mundial del Refugiado de este año 2021, que se celebrará el próximo 20 de junio, organizado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), se enfoca en el poder de la inclusión y tiene como tema general: “Juntos nos cuidamos, aprendemos y brillamos”.

Transcribimos algunos puntos del folleto informativo que han elaborado para esta celebración:

La pandemia de COVID-19 nos ha enseñado que el éxito depende del trabajo conjunto. Cada persona ha jugado un papel importante en el cuidado de la salud de otras; y, a pesar de los retos que enfrentan, las poblaciones refugiadas y desplazadas han dado un paso al frente.

Si se les da la oportunidad, seguirán contribuyendo a la construcción de un mundo más fuerte, más seguro y más vibrante. Este año, exhortamos a que se incluya a las personas refugiadas y desplazadas en las escuelas, los deportes y los sistemas de salud. Para recuperarnos de la pandemia, debemos trabajar en equipo.

Juntos nos cuidamos. Nos cuidamos juntos cuando todos recibimos la atención sanitaria que necesitamos. Ninguna persona estará a salvo hasta que todas lo estén; de manera que el mundo  no podrá recuperarse de la pandemia de Covid -19 si ignora a los refugiados. Debemos garantizar que, como cualquier otra persona, las poblaciones refugiadas y desplazadas tengan acceso a las vacunas, medicamentos, atención médica y apoyo psicosocial.

Juntos aprendemos. Cuando aprendemos juntos, construimos una comunidad más fuerte. Garantizar el acceso a la educación redundará  en nuestro beneficio. Solicitamos que se generen oportunidades educativas y becas para la juventud desplazada. Además, solicitamos que se amplíe el acceso de los estudiantes refugiados a la educación digital.

Juntos brillamos. Brillamos cuando jugamos juntos como un equipo. El deporte permite sanar y crecer, sobre todo a las personas que han tenido que huir de conflictos y persecuciones. Solicitamos, asimismo, que los programas deportivos para personas refugiadas, reciban más apoyo. De igual forma, exhortamos a apoyar a los Equipos Olímpico y Paralímpico de Refugiados que competirán en las Olimpiadas de Tokio.

Fuente: ACNUR Internet

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3 de Julio: jornada de la Familia Capuchina

El 3 de julio de 1528, el Papa Clemente VII, por medio de la bula “Religionis zelus”, aprobó la Orden capuchina, uno de los brotes de reforma surgido en el seno de la Familia de los Hermanos Menores, por iniciativa de unos hermanos que sentían la inquietud de volver a una vida más acorde con los orígenes de la Fraternidad franciscana, fortaleciendo la vida de contemplación, recuperando una mayor austeridad en la vivencia de la pobreza y reafirmando la misión evangelizadora a través de la predicación popular y la presencia en lugares de frontera. El origen de la Orden capuchina, así como el de otras órdenes y congregaciones, está indudablemente relacionado con en el movimiento de reforma que se dio en la Iglesia católica en respuesta a la provocación creada por las comunidades cristianas que, bajo distintas pero a la vez parecidas motivaciones, se iban separando de la Iglesia de Roma y rompían su comunión con el Papa.

Con el tiempo, los Capuchinos se han afirmado como una Orden numerosa y significativa en la Iglesia y, desde sus orígenes en el siglo XVI, se han caracterizado por el testimonio de santidad en lo cotidiano y en lo sencillo. Su presencia en medio de la gente a través del ministerio de la predicación, confesión y anteriormente también como limosneros, y capellanes en los lugares del dolor – hospitales, cementerios, cárceles – y su compromiso en el acompañamiento y formación espiritual de grupos de laicos de la Tercera Orden Franciscana (hoy Orden Franciscana Seglar), han contribuido al crecimiento de la fe en el pueblo de Dios e incluso al nacimiento de familias religiosas inspiradas en la espiritualidad franciscano-capuchina, entre las cuales está la de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia.

El Padre Luis Amigó fue un auténtico capuchino que se mantuvo vinculado a su Orden aun siendo Fundador y Obispo y quiso que las dos familias religiosas que fundó, no perdiesen nunca el espíritu franciscano-capuchino (cf. OCLA 1920) y fueran agregadas a la Orden capuchina (cf. Iriarte L., Historia de la Congregación, pág. 53).

La Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia fue agregada a la Orden en el año 1905 por expresa voluntad del Padre Luis Amigó quien, con este acto, quiso hacerla partícipe del patrimonio espiritual de su Familia religiosa de origen y, a la vez, injertar en ella la riqueza de su carisma específico. Tenemos que reconocer que los Hermanos Capuchinos han jugado y juegan un papel importante en la historia de las Hermanas Terciarias Capuchinas, sea en el acompañamiento para su formación franciscana, como abriendo y recorriendo con ellas los caminos de la misión; a la vez, allá donde se cultiva más este compartir, se percibe la belleza del carisma vivido desde lo femenino y masculino.

El 3 de julio, aniversario de la aprobación de la Orden de los Capuchinos, toda la Familia capuchina está llamada a celebrar con gratitud su presencia en la Iglesia, reafirmando su compromiso de fidelidad al carisma inicial enriquecido con lo específico de las muchas congregaciones que han brotado de un corazón auténticamente capuchino.

En otros momentos, en esta fecha se han realizado encuentros de familia que han fortalecido los vínculos de fraternidad (la fotografía corresponde a la Jornada del año 2017); este año no será posible pero nada ni nadie puede impedirnos vivir esta Jornada con un recuerdo especial en la oración y sentirnos miembros de una familia más amplia con quien intercambiamos dones espirituales y afecto fraterno. 

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María, auxilio de los cristianos, día de oración por la Iglesia en China

Ayer el Papa Francisco, en el rezo del Regina coeli, recordaba que hoy, 24 de mayo, “los fieles católicos en China celebrarán mañana la fiesta de la Santísima Virgen María, Auxilio de los cristianos y Patrona celestial de su gran país”.

Esta fiesta establecida en el 2007 por Benedicto XVI, celebra que “la Madre del Señor y de la Iglesia es venerada con particular devoción en el Santuario de Sheshan, en Shanghái, y es invocada asiduamente por las familias cristianas, en las pruebas y en las esperanzas de la vida diaria. ¡Qué bueno y qué necesario es que los miembros de una familia y de una comunidad cristiana estén cada vez más unidos en el amor y en la fe!”, decía el Papa Francisco. “Por eso, os invito a acompañar con ferviente oración a los fieles cristianos en China, nuestros queridos hermanos y hermanas, a quienes llevo en lo más profundo de mi corazón. Que el Espíritu Santo, protagonista de la misión de la Iglesia en el mundo, los guíe y ayude a ser portadores de la buena nueva, testigos de bondad y caridad, constructores de justicia y paz en su patria”.

Desde que los comunistas tomaran el poder en China en 1949, el país no ha mantenido relaciones diplomáticas oficiales con la Santa Sede. Entre los puntos de discordia está la exigencia china de que el Vaticano debe cortar antes sus contactos con Taiwán y, sobre todo, la cuestión del nombramiento de obispos. En septiembre de 2018, la Santa Sede concluía un acuerdo provisional con Pekín, con el que el Papa Francisco levantó la excomunión de varios obispos consagrados sin su consentimiento pero reconocidos por las autoridades chinas. Por su parte, Pekín ha reconocido solo a unos pocos de los llamados obispos de la Iglesia clandestina. De los 101 obispos chinos actuales, 36 son obispos clandestinos.

Según diversas informaciones, varios miembros del clero han sido arrestados en China en las últimas semanas. La policía detuvo al prefecto apostólico de Xinxiang, Mons. Joseph Zhang Weizhu, de 63 años, siete sacerdotes y 10 seminaristas. La prefectura de Xinxiang no está reconocida por las autoridades chinas, por lo que las actividades de sacerdotes y laicos relacionados con la misma se consideran actividades criminales.

Como denunciaba el obispo de Bamberg, Alemania, Mons. Ludwig Schick, hay un esfuerzo decidido por parte de las autoridades chinas para que los niños y jóvenes no se acerquen a la religión: “En cada vez más lugares, las autoridades prohíben sistemáticamente que los menores entren en contacto con la religión. Las prohibiciones que han existido durante mucho tiempo ahora se están aplicando en todos los niveles en China”. Se han retirado todos los símbolos religiosos de los orfanatos católicos, y se han tomado más medidas del mismo tipo en una lucha por el liderazgo en contra de las religiones, especialmente contra las iglesias cristianas, pero también contra los musulmanes”.

Fuente: OMPRESS-ROMA (24-05-21)

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Que lo amemos, que lo amemos de verdad

Con estas palabras, convertidas en invitación, pronunciadas por la protagonista de este artículo, nuestra hermana Rita White Arango, concluye el video que ofrecemos (preparado por nuestra Hna. Iria Natalia Ágreda Abreu, contando con la colaboración de diversas hermanas), en el que recogemos algunas pinceladas de la vida de nuestra hermana Rita, la hermana mayor de nuestra Congregación en este momento, que cumple el día 27 de junio nada menos que 109 años.

Nuestras palabras escritas resultan pobres ante los testimonios de las diferentes hermanas que han querido compartir algo de lo que Hna. Rita ha sido en sus vidas y en la vida de la Congregación, por lo que dejaremos que las imágenes y las voces resuenen y entren en nuestro corazón agradecido al Señor por la larga vida de Rita.

Rita White Arango, que recibió el nombre de Hna. Pilar de Jesús de Manizales al entrar en la vida religiosa, es fruto del amor de don Enrique White y doña Elisa Arango, quienes junto con el Señor, trajeron al mundo a esta gran mujer el día 27 de junio de 1912 en Manizales, Departamento de Caldas, Colombia. Y fue bautizada el día 3 de julio del mismo año. Los padres de Rita le dieron una buena formación humana y cristiana; su educación fue fraguada fundamentalmente por la lectura y la comprensión de textos que le fueron entregando un bagaje intelectual admirable para la época.

En el año 1932, Rita solicitó el ingreso a nuestra Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia y el 2 de julio inicia su Postulantado en Yarumal (Antioquía), prosiguiendo con el Noviciado en la misma casa, el 29 de marzo de 1933. Emitió su Primera Profesión el 25 de marzo de 1934, día en el que recordamos el misterio de la Anunciación y el hermoso gesto de amor de Dios  de encarnarse y hacerse parte de la humanidad. Rita, sin duda, ha sabido imitar a su Señor a lo largo de su vida con amor y entrega por los demás… El 22 de enero de 1939, realizó su Profesión perpetua en Yarumal, ofreciendo todo cuanto era al Señor, en servicio de su Reino de amor dentro de nuestra Familia religiosa…

La hermana Rita se desempeñó, la mayor parte de su vida como educadora, esforzándose siempre por transparentar en los niños y jóvenes, el rostro de Jesús Maestro, que acompaña y enseña a otros el amor de Dios… Fue una mujer entrañable, dejando en sus alumnos una huella profunda del amor a la Eucaristía, a la Virgen María, a la Palabra de Dios y un caudal de valores que fueron formando maravillosamente a sus alumnos en la parte académica, científica y espiritual, preparándolos para poder servir a la sociedad y a la Iglesia en distintos campos.

En la vida personal de Rita, la oración, el acompañamiento de buenos directores, la tenacidad en cuanto se proponía… le ayudaron a ser fervorosa, honesta, paciente, generosa, constante, con sentido de responsabilidad, prudente, disponible, alegre, organizada y estaba adornada con una memoria formidable, que ha mantenido hasta hace no mucho tiempo. Rita ha sido y es una mujer de fe, de diálogo; le apasionaba la lectura, leía con predilección las moradas de Santa Teresa; supo sobrenaturalizar lo ordinario con religiosa maestría.

Desde el año 1934 hasta 1967, nuestra hermana prestó sus servicios en distintas comunidades de Colombia y en ese 1967, pasó a Venezuela, a la entonces Provincia “San Francisco”, hasta el año 1991 en que regresa nuevamente a Colombia, a su Provincia “San José”. Rita ocupó puestos de responsabilidad en algunas instituciones, como Directora de diferentes Colegios,  Ecónoma y Administradora. Fue Superiora en diversas comunidades y también Maestra de Novicias, esforzándose siempre por darle gloria a Dios con todo su ser y hacer.  Incluso, cuando sus responsabilidades giraron en torno a la portería, a los oficios varios, a la biblioteca y hoy, miembro de la comunidad “Nuestra Señora de Montiel”, de la Provincia Ntra. Sra. de la Divina Providencia, como hermana mayor, Rita sigue alegre y sonriente, transparentando al Dios vivo a quien tanto ama…

Concluimos como comenzamos, pidiendo al Señor que nos enseñe a amarle a Él, a amarle de verdad, como nos invitaba nuestra Hna. Rita; es lo que ella misma ha intentado vivir a lo largo de su larga existencia.

¡Feliz cumpleaños, Hna. Rita!

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Un hombre comprometido en el acompañamiento y la formación de los laicos: Luis Amigó y Ferrer

Como seres humanos descubrimos que no podemos caminar solos, necesitamos de los demás para ir creciendo humana y espiritualmente. Es así como vemos la necesidad de escrutar los caminos del acompañamiento y la formación, haciendo procesos que lleven a madurar la vida cristiana, como nos lo recuerda el Papa Francisco (cf. EG 169). 

La tarea del acompañamiento y la formación de los laicos nos puede llevar a la tentación de mirar el panorama con incertidumbre y desesperanza; pero la experiencia de Luis Amigó en esta misión, nos llena de confianza, de esperanza, de entusiasmo.

Y ¿cómo realiza Luis Amigó esta misión? Descubramos sus búsquedas, sus éxitos, sus limitaciones en esta tarea; pero sobre todo, su entusiasmo, perseverancia y confianza en Dios y en los laicos, quienes son responsables de su propio proceso y se comprometen a compartir la riqueza de Jesucristo en sus vidas.

La visión humana y espiritual del Padre Luis parte de un concepto centrado en la dignidad de la persona, capaz de dejarse transformar y de transformar la Iglesia y el mundo que habita. No podemos olvidar que Luis Amigó se formó en su juventud en algunos de los movimientos integrados en la espiritualidad católica seglar y comprometidos con una labor de promoción religiosa y social: la Escuela de Cristo y la Congregación de san Felipe Neri, razón que incide fuertemente en un apostolado de acompañamiento y formación de los laicos, que genere una transformación personal y social. Así lo refiere en sus escritos: “la Tercera Orden es obra del Señor y ocasionó una innovación en la Iglesia y una transformación completa en la sociedad” (OCLA 1016-1017). 

Por otra parte, “el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios” (Gn 1,27), y como tal tiene una dignidad, “el ser hijo de Dios” (OCLA 1323), por lo que hay que trabajar siempre en la formación integral de la persona. Porque, más que una teoría científica, psicológica o educativa, su acompañamiento formativo con los laicos se convierte en un estilo de vida que va marcando un modo particular de ser, estar y evangelizar, preocupándose por encarnar en su persona e inculcar en la vida del cristiano, el compromiso bautismal. Por ello, el Padre Luis  insistía con frecuencia en la riqueza, nobleza y dignidad que nos honran y distinguen a los cristianos, hechos hijos de Dios y herederos de su gloria (OCLA 1329).

El apostolado con los laicos está presente siempre en la vida del P. Luis, como capuchino y como obispo,  enraizado en la cotidianidad, dejándose iluminar por la pedagogía humana que utiliza Jesús con sus discípulos: el respeto a la dignidad de la persona, la escucha de la realidad, la utilización de un lenguaje conocido, familiarizado, contextualizado, la lectura e interpretación de las Escrituras, la cercanía y el afecto a las  personas.

Asume desde los años de su juventud, el acompañamiento como una constante que se encuentra presente en sus múltiples actividades formativas, principalmente en las congregaciones de la Venerable Orden Tercera, las Hijas de María y los Luises (OCLA 50). Su preocupación por la formación de los jóvenes de ambas  asociaciones estuvo orientada hacia la  vida cristiana (OCLA 2170), con un  acompañamiento que surge como un imperativo en el camino de crecimiento personal de los miembros de los  grupos y con una sabiduría humana y espiritual encarnada en la realidad de su época, aplicada en la vida cotidiana y sostenida desde un testimonio de vida cristiano veraz y convincente.

El momento culmen en este ámbito aconteció al inicio de su ministerio sacerdotal, con el nombramiento de Comisario de la Venerable Orden Tercera, el 20 de octubre de 1881, con todas las facultades necesarias… (cf. OCLA 60-62). La nota 39 a pie de página de OCLA 61, recoge la opinión del P. Melchor de Benisa respecto al Padre Luis en este ámbito: “Tenía gran acierto y ojo clínico para conocer a los que deseaban entrar en ella, y les recomendaba que no la hiciesen política, sino sumamente seráfica, siendo en las parroquias el brazo derecho del párroco… Su desvelo en la formación de los miembros de la Tercera Orden fue llevarlos a Dios, desde su testimonio de vida; así lo atestiguan los cofrades, quienes “le respetaban como a un hombre santo y seguían sus indicaciones con diligencia y alegría”.

El Padre Luis impulsa una formación que incide en el fervor espiritual de los miembros de aquellos  grupos de la V.O.T. que se “propagaban aceleradamente durante los primeros años de la restauración que en 1893, llegaron a ser 17.864 los Terciarios dependientes de la provincia capuchina de Toledo, de la que el Siervo de Dios era Definidor provincial”(cf. OCLA 62, nota 40 a pie de página). 

Luis Amigó trabaja incansablemente en el progreso y la extensión de la Tercera Orden a la que asistía una enorme multitud de fieles; la organización de los grupos contribuye fuertemente en su crecimiento, de tal manera que, “llegaron a ser un número considerable de hermanos y hermanas… por lo que se pensó en la necesidad de ir fundando nuevas congregaciones”(OCLA 61). También estimula a los miembros de la Tercera Orden a participar en congresos como espacios formativo así como en otras celebraciones (OCLA 2449).

Durante su ministerio episcopal escribe cartas, circulares y exhortaciones apostólicas donde pide a sus sacerdotes, entre otros, acompañar y formar la vida cristiana de los “fieles laicos” con celo apostólico e infatigable labor evangélica (OCLA 1137). En éstas manifiesta preocupación por la formación de la vida espiritual, trabajando con gran celo e interés por la salvación de las almas y para que Jesucristo sea conocido y amado de todos (OCLA 1142-1143); el trabajo incansable y la restauración de la sociedad que se ha apartado de Jesucristo; para ello pide a los laicos de uno y otro sexo, trabajar a este fin, pues a ellos se les presta mayor atención que a los sacerdotes (OCLA 1147); la colaboración con Jesús Buen Pastor para atraer al redil a las “ovejas descarriadas” conduciéndolas al campo de la Iglesia donde pueden saciarse de la doctrina de Jesucristo (OCLA 1136); la formación de las familias cristianas como un apoyo y sostén de la sociedad, fijando los ojos en el modelo de la Familia de Nazaret (OCLA 1102-1103); la lectura de la realidad desde la fe para discernir las decisiones sobre las dificultades económicas, sociales, morales y espirituales, que vivía la sociedad (OCLA 297; 1054); la promoción y el avance de la ciencia, cuya fuente y origen es Dios, como medio de progreso de los pueblos (OCLA 936); la edificación de la paz y la justicia que emanan de la misericordia de Dios (OCLA 656-657); la construcción de una  sociedad más humanitaria donde las gracias y favores recibidos de Dios se deben emplear en beneficio de los semejantes, pues al prójimo lo hemos de considerar como a nosotros mismos porque es nuestro hermano (OCLA 1051). Estas y muchas más inquietudes hicieron de Luis Amigó un hombre comprometido con un acompañamiento y una formación inmersa en la realidad cristiana, social, política, económica y en una transformación de la sociedad que tiene su fundamento en la caridad y en la doctrina de Jesucristo.

Además de todo esto, podríamos decir que Luis Amigó fue un hombre capaz de vislumbrar el importante rol del laico en la Iglesia, en la sociedad y de valorar la necesidad de caminar juntos en sinodalidad, como lo recuerda hoy la misma Iglesia, para construir el Reino de Dios. Así lo refiere en sus escritos: “los fieles laicos, están obligados a trabajar cada cual en la esfera de su acción, en la propagación de la fe y en dar a conocer a los hombres a Jesucristo, subrayando de suma importancia, el apostolado seglar” (OCLA 1147). Constatamos que, su relación con ellos, se ve favorecida por una participación activa y responsable en acontecimientos, celebraciones y actividades organizadas, tanto en el campo espiritual como civil.

 

Hoy nosotras, Terciarias Capuchinas, nos sentimos urgidas a compartir con los laicos el don del Carisma (Const. 63), un regalo del Espíritu para toda la Iglesia, y para la extensión del Reino; a impulsar desde la novedad del Espíritu Santo y del Padre Luis un acompañamiento formativo como dinámica procesual e integral, utilizando la pedagogía de Cristo Buen Pastor, imagen que nos habla de la experiencia profunda de Jesús al cuidado de cada una de sus ovejas; a buscar caminos que nos abran a una nueva mentalidad, caminar junto a los laicos y a impulsar distintas formas de ser y estar, movidas a compasión desde la misericordia, el desapropio y la inclusión.

HNA. MARÍA ANABELLE CÉSPEDES MORALES, TC

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Ayúdate y el cielo te ayudará. Un programa formativo autosostenible

Desde el inicio de nuestra presencia congregacional en la República Democrática del Congo, en 1971, concretamente en la Misión de Kansenia, fue prioritaria la creación de un “foyer” (escuela-hogar). El nombre de dicho “foyer” se ha mantenido en el tiempo, Kinzala, que podríamos traducir como hogar que nunca se seca.

Acogiendo la invitación de nuestro Fundador, el Padre Luis Amigó, de estar siempre abiertas a los signos de los tiempos para dar respuesta a las necesidades reales de las personas a las que queremos servir, las hermanas que comenzaron en nuestra tierra africana la misión, constataron la precaria situación de la formación de las jóvenes, por lo que pusieron en marcha el foyer que sigue existiendo después de 50 años de historia.

El foyer Kinzala tiene como objetivo promover integralmente a la mujer, ofreciendo a las jóvenes una plataforma donde ellas mismas sean agentes de su formación, participando activamente en las actividades que se organizan, desplegando sus dones en la sociedad como personas creadas a imagen de Dios, con derecho a recibir una educación adecuada.

Todo lo que es importante tiene un precio en la vida. La educación es una de esas dimensiones importantes en la existencia de cada persona. Y la educación que las jóvenes reciben en el foyer Kinzala requiere un trabajo responsable a todo nivel, puesto que no se trata solamente de recibir contenidos a nivel intelectual, sino de una formación para la vida.

Las jóvenes que acceden al foyer, provienen muchas de ellas de aldeas lejanas a la Misión y no cuentan con recursos suficientes para poder pagar los gastos del internado. Es por ello que, ayer y hoy, el foyer lucha por ser autosostenible, creando estrategias de autoformación y aprendizaje, que son al mismo tiempo apoyo financiero para hacer realidad esa educación integral de la que hablábamos antes.

Como subraya el P. Juan Antonio Vives, tc en su libro “Un hombre que se fió de Dios”, hablando del método amigoniano en la educación de las personas al estilo de Jesús, el joven “es en definitiva el agente principal de la educación. Muchas acciones educativas fracasan cuando no se concede tiempo al alumno para que las valore y anhele. Incluso la medida mejor puede convertirse en perniciosa y paternalista, si el alumno no está en condición de recibirla. En educación no basta con que el educador quiera hacer el bien, es necesario que el educando ansíe y acepte eso mismo como bien. Luis Amigó valora muchísimo los momentos de reflexión por parte del educando. Sabía que sólo el que toma conciencia de su situación, se decide libremente a cambiar”.

En el foyer Kinzala hemos hecho de la joven el agente principal de su formación y además de los cursos de alfabetización y cultura general, educación Primaria y educación Secundaria, se les inicia de forma práctica en la economía doméstica. Se cuenta con espacios para aprender costura y bordado, se cultiva una buena extensión de terreno que pertenece al foyer y se crían animales para el consumo doméstico, así como medio de financiación del propio foyer.

  • Alfabetización y cultura general. Aunque es preferible que las jóvenes hayan terminado la escuela primaria, acogemos en ocasiones algunas que no saben leer ni escribir, puesto que en muchos de los poblados no existen escuelas. A las que toman conciencia de la necesidad de formarse y muestran voluntad por aprender, les facilitamos la educación adecuada a su realidad y posibilidades. Actualmente hay un grupo de 10 jóvenes en este grupo que reciben también cursos de costura. Otras tres jóvenes están estudiando educación Primaria y 32 educación Secundaria.
  • Talleres de costura y bordado. Como acabamos de señalar, a las jóvenes que no han realizado la escuela Primaria, además de los cursos de alfabetización se les imparte una formación práctica, aprendiendo a coser y a bordar, de manera que puedan tener un oficio que les servirá más adelante en sus lugares de origen. Lo que van produciendo (manteles, vestidos, bolsos…) se expone para la venta y el fruto de la misma es fuente de ingresos para el foyer, ayudando así a poder comprar nuevas telas y materiales.
  • Trabajo agrícola. La mayoría de las jóvenes no pueden pagar los gastos del internado en especie. Por ello, cultivan el campo para contribuir a su alimentación diaria. En este momento se están trabajando tres hectáreas para la obtención de los productos de primera necesidad, entre otros: maíz (2 ha.) alubias (media ha.) cacahuetes-maní (2 ha.) y diversas clases de tubérculos (media ha.) y verduras.
  • Cría de animales. Las jóvenes trabajan por turnos, dando de comer a los cerdos, cabras, gallinas… y limpiando las dependencias. Los animales se consumen igualmente para la propia alimentación en el foyer, pero son al mismo tiempo una fuente de financiación. El dinero de la venta ayuda a pagar otros gastos comunes, materiales de costura o realización de diferentes actividades que se organizan, siempre en apoyo de la propia formación de las jóvenes. Todo el mundo lo hace con entusiasmo y alegría.

Durante todos estos años de existencia, han ido pasando por el foyer Kinzala un buen número de jóvenes que han aprendido de la vida y para la vida. La falta de recursos económicos no ha sido nunca freno que impidiese seguir adelante en el deseo de formarse para ayudar a otros. Estas mujeres han sido líderes responsables en sus poblados, en la sociedad; han formado hogares estables y han enseñado a otras mujeres lo que ellas habían aprendido con el sudor de su frente, con el trabajo de sus manos… Experiencia vivida de autosostenibilidad que continúa sirviéndoles para sacar adelante a sus familias, haciendo realidad lo que dice el adagio popular: “Ayúdate y el cielo te ayudará”.

La educación es un derecho pero al mismo tiempo es un privilegio aprender a experimentar que vamos construyendo ese camino de aprendizaje, que pasa por valorar el precio de la formación. La persona que ha trabajado para hacer posible su formación es emprendedora y se adapta a la realidad de la sociedad, buscando siempre alternativas para salir de tantas situaciones en las que el hombre se siente dejado a su propia suerte. Para llegar a ello, la concienciación es una herramienta vital que en el foyer Kinzala ayuda a la joven a tomar conciencia de la realidad y ponerse manos a la obra, participando de lleno en todas las actividades propuestas.

Damos gracias a Dios que acompaña a sus hijos e hijas en todo momento. ¡Todo es gracia!

HNA. VIRGINIE KAZADI THSILANDA, TC